Jacq afronta el verano más trascendental de su vida: recuperarse de una gran pérdida, acostumbrarse a una nueva familia, encontrar nuevas amistades y descubrir el amor. Pero, por si fuera poco, se verá también obligada a enfrentarse a un oscuro secreto del pasado que todos a su alrededor tratan de esconder.
El peligro y el amor están más próximos de lo que ella imagina…
Nunca digas nunca es una novela no solo de amor, sino también sobre el valor que tienen los amigos de verdad y sobre la fortaleza que pueden llegar a tener las personas. Jacq es un personaje impresionante en ese sentido, aunque Samuel no se queda atrás. Aunque si hay que quedarse con una pareja, me quedo con Marcos y Sandra, dos amigos de la pandilla. Me alegra mucho que Alfaguara haya querido apostar por buena literatura de la tierra, y que además haya ganado esa apuesta: el tiempo y las críticas positivas lo demostrarán.
Nunca digas nunca nos ofrece una historia de amor, amistad y también repleta de secretos; una novela de secretos y amistades. Con una trama interesante y una narración ágil, hacen que esta novela se disfrute de principio a fin.
No voy a negar que al igual que a muchos, a mí también me conquistó este libro desde que apareció su portada en la red. Ese aire vintage y veraniego que prometía una historia intrigante ha cumplido, sin lugar a dudas, con muchas de mis expectativas. Los protagonistas, Jacq y Samuel, me gustaron a primera vista. Me sentía cercana a ellos y a sus inseguridades.
Es una novela juvenil romántica realista. Amor, amistad, soledad y descubrimiento personal, se entremezclarán en la vida de una joven mientras un misterioso suceso le dará un puntito de suspense a la historia.
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