Encontrar un cadáver enterrado en el jardín de tu propia casa ya resulta bastante inquietante, pero descubrir que esos huesos pertenecieron a un niño, y que alguien a quien amaste los depositó allí, levanta una nube de sospechas que solo puede disiparse llegando al fondo del asunto. Pese a quien pese. Porque en esta remota y fría isla sueca nadie está libre de pecados, ni de rumores... Ni siquiera los muertos.
«Anna Jansson dota a sus thrillers de una profundidad de la que otros autores carecen. Es emocionante ver cómo logra enhebrar todos los hilos de sus tramas.»
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