El ladrón del rayo
¿Qué pasaría si un día descubrieras que, en realidad, eres hijo de un dios griego que debe cumplir una misión secreta? Eso es lo que le sucede a Percy Jackson, que a partir de ese momento se dispone a vivir acontecimientos más emocionantes de su vida.
Expulsado de seis colegios, Percy padece dislexia y tiene dificultades para concentrarse, o al menos ésa es la versión oficial. Objeto de burlas por inventarse historias fantásticas, ni siquiera él mismo acaba de creárselas hasta el día que los dioses del Olimpo le revelan la verdad: Percy es nada menos que un semidiós, es decir, hijo de un dios y un mortal. Y como tal tiene que descubrir quién robó el rayo de Zeus y evitar que estalle una guerra entre los dioses. Para cumplir la misión contará con la ayuda de sus amigos, Grover, un joven sátiro, y Annabeth, hija de Atenea.
El mar de los monstruos
Desde que sabe que es hijo de un Dios y una mortal, Percy Jackson que el destino le depare continuas aventuras.
Y su expectativa se cumplirá con creces. Aunque el nuevo curso en la escuela Meriwether transcurre con inusual normalidad, un simple partido de balón prisionero acaba en batalla campal contra una banda de feroces gigantes. A partir de ahí las cosas se precipitan: el perímetro que protege al Campamento Mestizo es destruido por un misterioso enemigo y la única seguridad con que contaban los semidioses desaparece. Así, para impedir este daño irreparable, Percy y sus amigos inician la travesía del temible Mar de los Monstruos en busca de lo único que puede salvar el campamento: el Vellocino de Oro.
La maldición del titán
Ante la llamada de socorro de su amigo el sátiro Grover, Percy acude inmediatamente en su auxilia. Y aunque va acompañado de Annabeth y Thalia, dos semidiosas que son sus aliadas, ninguno imagina la sorpresa que los aguarda: Una terrible mantícora pretende secuestrarlos y llevarlos ante el general enviado por Cronos, el diabólico señor de los titanes. Sin embargo, gracias a la ayuda de las cazadoras de Artemiza, Percy y sus aliadas logran escapar y volver al campamento mestizo. Una vez allí, emprenderán la búsqueda del monstruo que puede provocar la destrucción del Olimpo, a pesar de que, según la profecía del Oráculo, sólo uno de ellos lo logrará resistir la maldición del titán.
La batalla del laberinto
A punto de comenzar primero de secundaria, Percy Jackson no espera emociones fuertes, sino más bien un aburrimiento soporífero. Pero cuando en la nueva escuela se presenta una vieja amiga, seguida de un par de animadoras diabólicas, los acontecimientos se precipitan y todo empieza a ir de mal en peor. Cronos, el malvado señor de los titanes, amenaza con destruir el campamento mestizo, donde se refugian los jóvenes semidioses. Para evitarlo, Percy y sus amigos deben emprender una arriesgada búsqueda a través del laberinto, un mundo subterráneo plegado de trampas temibles y criaturas perversas, concebido para acabar con quienes se atreven a profanarlo.
El último héroe del Olimpo
Los mestizos han dedicado mucho tiempo a prepararse para la batalla decisiva contra los titanes, aunque saben que sus posibilidades de obtener la victoria son mínimas. El ejérciro de Cronos es ahora más formidable que nunca y , con cada dios y cada mestizo que logra reclutar, aumentan los poderes del maligno titán.
Percy fracasa en un primer intento de detener en alta mal las arrolladoras huestes de Cronos e, inevitable, estalla la contienda más sanguinaria y espeluznante de todos los tiempos, un auténtico enfrentamiento por la supervivencia. Los olímpicos se esfuerzan en mantener a raya la furia desata del monstruo Tifón. Cronos ordena el avance definitivo hacia la ciudad de Nueva York, donde el monte Olimpo, en lo alto de Empire State, se encuentra prácticamente indefenso. Parale los pues al implacable Señor del Tiempo dependerá exclusivamente de Percy Jackson y un pequeño ejércitos de jóvenes semidioses...
En esta última y trascendental entrega de la serie, la profecía largamente anunciada en torno al decimosexto cumpleaños de Percy se hace por fin realidad. Y mientras la batalla por la civilización occidental se libra con brutal ensañamiento en las calles de Manhattan, Percy abriga la terrible sospecha de estar luchando tal vez contra su propio destino.
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